La Casa del Molino, cuidadosamente restaurada y renovada, se alza majestuosa en el corazón del pueblo. Su estructura se compone de 17 apartamentos independientes que brillan bajo el cálido sol, gracias a sus enormes ventanales inclinados que se abren al cielo. Cada apartamento tiene su propia entrada privada, que da directamente a la calle, otorgando a sus residentes un sentido de independencia y exclusividad.

Pero lo que hace verdaderamente especial a esta casa son sus terrazas, que se extienden hacia el río Tajuña. Desde allí, se puede contemplar el majestuoso cauce del río y su exuberante vegetación, que dota a la zona de un encanto único.

Cada apartamento tiene su propia historia que contar, y sus habitantes disfrutan de la belleza de la Casa del Molino tanto por dentro como por fuera. Es un lugar donde la historia se mezcla con la modernidad, donde la luz inunda cada rincón y donde la naturaleza y la arquitectura coexisten en perfecta armonía. La Casa del Molino es más que un edificio, es un hogar lleno de carácter y vida.